Un grupo nazi compra un pueblo en España
(Artículo de "El País", 14 de noviembre 1999)

              Una organización británica xenófoba y antisemita se instala en una aldea
              abandonada de Valencia
 
 

              A los grupos neonazis europeos, las ciudades se les han quedado pequeñas.
              Quieren salir de los reducidos pisos en los que tienen instaladas sus sedes y echar
              raíces en el campo, donde el control policial sobre sus vidriosas actividades es
              más difícil. Para ello se han lanzado a la búsqueda y compra de pueblos
              abandonados en España. La International Third Position (ITP), uno de los grupos
              neonazis británicos más activos, ya tiene el suyo en Valencia. Se llama Los
              Pedriches y está siendo reconstruido por sus camaradas. Entre los objetivos de
              la ITP está la expulsión de los homosexuales, inmigrantes y judíos, a los que
              consideran sus enemigos. Otros grupos neonazis españoles buscan pueblos en
              Aragón.
 
 

              JOSÉ MARÍA IRUJO, Los Pedriches
              A 92 kilómetros de Valencia,
              cerca de Utiel, localidad famosa
              por sus vinos, se levantan los
              restos de Los Pedriches, un
              precioso y apacible pueblo
              abandonado, sin agua, sin luz,
              rodeado de bosques y viñedos,
              que está cobrando vida
              silenciosa y discretamente.
              Desde 1997, sus ruinas están
              siendo reconstruidas ladrillo a
              ladrillo por un reducido grupo de
              camaradas de The Third
              Position (ITP) -La Tercera Posición, en español-, un clan neonazi británico
              fundado en Londres a finales de los años ochenta y cuyo emblema es una cruz
              céltica.

              Los neonazis pusieron sus ojos en España, rastrearon decenas de pueblos
              abandonados y se fijaron en Los Pedriches, una villa sita en un promontorio
              rodeado por Los Marcos y Los Isidros, otras dos aldeas desoladas. Los
              habitantes de este lugar dejaron sus casas hace veinte años y emigraron a
              municipios más poblados en busca de trabajo.

              El grupo de activistas británico ha comprado a particulares siete de las ocho casas
              del lugar y ha rehabilitado una de ellas, la más próxima al bosque de pinos, en la
              que viven de forma permanente cuatro personas, tres ingleses y un polaco. Ayer,
              dos turismos se encontraban aparcados junto a la casa y varios pastores atendían
              a sus ovejas .

              Los miembros de la ITP están reconstruyendo el resto de las viviendas y han
              levantado la estructura de una futura iglesia en otro solar próximo a sus
              propiedades. Quieren autoabastecerse y cultivar parte de la tierra que han
              comprado, pero hasta ahora no han conseguido vivir de su trabajo. Lo hacen
              gracias a los donativos de su clan.

              Desde que compraron estas propiedades, Los Pedriches se ha convertido en un
              excelente refugio y lugar de descanso para otros camaradas de esta y otras
              organizaciones neonazis, algunas españolas, que acuden a visitar a la "comuna de
              soldados voluntarios " de la ITP, como definen en sus notas internas a los cuadros
              enviados a España. "En Semana Santa y en verano se juntan más de treinta
              personas. Vienen en coches de distintos países. Salen al bosque como si fueran
              exploradores. Todo es muy raro. Aquí nadie sabe de dónde sacan el dinero",
              señala un vecino de un pueblo próximo.

              Los antiguos propietarios ignoran las actividades de este grupo, que se presenta
              como una comuna nacionalista de jóvenes que pretenden reencontrarse con la
              naturaleza. En la villa no exhiben simbología nazi y sólo han tenido un incidente
              una noche que se desplazaron a beber a un pueblo próximo.

              Pero bajo la piel de cordero con la que se cubren los camaradas de la ITP que
              viven en España se esconde un grupo que admira a Mussolini, rechaza la
              democracia, el divorcio, propugna la "inmediata" repatriación de los negros y de
              las minorías étnicas y persigue a judíos y homosexuales, "una plaga", a los que
              considera sus más acérrimos enemigos, según sus proclamas.

              La policía y la prensa británica apuntan a que la ITP tiene vínculos con grupos
              terroristas europeos. Su aparato de propaganda se llama Conflicto Final, una
              editorial que vende a través de Internet una avalancha de libros revisionistas sobre
              el nazismo, carteles de Hitler y llaveros de las SS.

              Scotland Yard, la policía británica, sigue sus pasos. Una brigada especial ha
              elaborado informes sobre la ITP en España y sobre la compra de este pueblo
              valenciano, que se pagó en parte con fondos de una institución caritativa
              británica llamada San Miguel Arcángel, ligada a actividades de la extrema
              derecha.

              Esta fundación ultraderechista, que recauda fondos por las calles de Londres, ha
              sido investigada en el Reino Unido, y del examen de sus cuentas se desprende
              que en 1997 contribuyó con 7.000 libras esterlinas (1.820.000 pesetas) a la
              compra de Los Pedriches, según señalan fuentes policiales.

              Durante la pasada primavera, la ITP fue objeto de especial atención por parte de
              los agentes de Scotland Yard. Una campaña de bombas contra bares de
              homosexuales y minorías étnicas, las dos obsesiones de este grupo, sembró el
              terror entre la población londinense. Se saldó con dos muertos y 70 heridos en
              una taberna del Soho. Pero la policía no encontró ninguna prueba que la
              relacionara con estos atentados.

              La experiencia de los neonazis británicos en Valencia es sólo el principio. En
              boletines internos dicen que ya tienen "su primer pueblo" en España y animan a
              dar donativos para comprar otros parajes. Sus militantes han visitado varias
              aldeas españolas. La ITP ha comprado también tres pueblos en Francia.

              Ángel Jarne, funcionario de la Subdirección de Medio Ambiente del Gobierno de
              Aragón, recuerda bien la reciente visita de varios jóvenes británicos que acudieron
              a él para comprar uno de los numerosos pueblos abandonados en Huesca,
              propiedad de esa comunidad autónoma.

              Y lo explica así: "Llevaban símbolos neonazis en los llaveros. Me pidieron la lista
              de pueblos abandonados. Cuando vieron que les pedíamos sus documentos y un
              proyecto concreto, se echaron atrás". Eran miembros de La Tercera Posición y
              les acompañaba un español.

              Paramilitares en Aragón

              Ángel Jarne, responsable de los pueblos abandonados en Aragón, alrededor de
              setenta, recibe propuestas de lo más variopintas. Por su despacho han pasado
              millonarios japoneses, asociaciones de lesbianas holandesas, naturistas,
              ecologistas, skin-heads y hasta afamados arquitectos. Pero la presencia de
              neonazis es un fenómeno nuevo y preocupante.

              Los activistas de La Tercera Posición (ITP) no han sido los únicos en intentar
              comprar un pueblo abandonado en Aragón. Jarne no daba crédito a lo que oía
              cuando un grupo de cuatro jóvenes españoles le confesó en su despacho que
              "acababan de recibir varios cursos de nazismo en Alemania y necesitaban un
              pueblo abandonado para desarrollar sus actividades paramilitares sin molestar a
              nadie".

              "Creían", añadió, "que se podían asentar en Huesca al estilo de los grupos
              paramilitares norteamericanos. Tuve que explicarles que el Gobierno de Aragón
              no apoyaba esa clase de proyectos y que además ya no teníamos más pueblos.
              Pero, cuando ven las dificultades de comprar a la Administración, acuden a los
              particulares".

              La ITP mantiene estrecha relación con grupos de extrema derecha europeos. El
              pasado mes de septiembre se celebró una reunión en Londres en la que
              participaron miembros del Partido por la Libertad (FPOE) de Jörg Haider, líder
              ultraderechista austriaco; franceses de Nouvelle Resistence e italianos de Fiamma
              Tricolore. Allí estaban también españoles de Falange e ingleses y escoceses de la
              ITP. El próximo sábado, estos últimos acudirán a Madrid a conmemorar el
              aniversario de la muerte de Franco.
 


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